miércoles, 4 de febrero de 2009

Y hablando de revoluciones


O lo que es lo mismo, 1 millón de muertes y ¿para qué? para que en México se siga diciendo, aquí no pasa nada...


Este año, en noviembre, se conmemoran 99 años del inicio de la Revolución Mexicana.

Sin embargo, la entrada de hoy es referente a que un 5 de febrero, pero de 1917, se firmaría la acutal Constitución que rige a dicho país.

Una Constitución que sistemáticamente es ignorada por todos los que se dedican a la política.

No importa quién levante la voz, ni cómo la levante... como bien expresaría Álvaro Obregón primer presidente "post-revolucionario" y que se moría por la reelección, en México no hay quien aguante un cañonazo de 50 mil pesos.


Hoy (5 de febrero) los jóvenes que alcanzan su mayoría de edad, y que cumplieron con el mentado "servicio militar" que dicho sea de paso, sirve para lo que la carabina de Ambrosio, oséase para nada, jurarán su fidelidad a su bandera, a su país, y la mayoría lo hará de corazón, porque el amor a ese país no se gasta, a pesar de que tenemos los peores políticos del planeta.

Hoy son 92 años de una mentira, de una utopía... de la palabra muerta... y es por eso, que los mexicanos, en el fondo de su corazón, están de luto, porque a pesar de que esa Constitución establece que la Nación debe de demandar a sus gobernantes sus malas acciones, éstos, se pasan esas demandas por el arco del triunfo que junto a la miseria de millones de mexicanos, radicados en el país y en el exterior, les viene importando un soberano bledo.
"Pobre México, tan cerca de Estados Unidos, tan lejos de Dios", dicen que expresó el general y dictador Porfirio Díaz... a eso debemos de añadirle "y no sólo eso, sino que la escoria de la nación, se ha convertido en la clase gobernante".
Sí, pobre México. ¿Será la excepción a aquello de que no hay mal que dure 100 años ni cuerpo que lo aguante?
"Una sola piedra puede desmoronar un edificio. Francisco de Quevedo y Villegas (1580-1645) Escritor español"

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