jueves, 13 de noviembre de 2008

La ingenuidad de las mujeres anglosajonas

O lo que es lo mismo, con esa cara, cómo no quieres.

Allá por 1919 los norteamericanos trataban de erradicar el consumo de alcohol a como diera lugar.
De hecho lo lograron durante la prohibición de la década de los 30 y dos de sus personajes históricos más famosos surgieron, y como casi siempre sucede en la historia, éstos eran antagónicos. Al Capone, el mafioso, matón, traficante y evasor de impuestos por excelencia y Eliot Ness, el policía incorruptible y que siempre hará su trabajo, “cueste lo que cueste” y que de paso apodaron, junto a su grupo de asociados "los Intocables", no sólo porque no los podían matar, sino por incorruptibles. (Dicen las malas lenguas, que en 1942, Ness sufrió un accidente de tránsito mientras conducía y que iba, borracho... vaya su merced a saber).

Pero la vida y obra de ambos, por el momento, es harina de otro costal.
Lo que llama la atención hoy, es el cómo la ingenuidad de la mujer blanca puede llevarla a cometer excesos como el de la foto, donde se lee: “los labios que toquen el alcohol, no deben de tocar los nuestros”.
Después de ver la foto, verlas a ellas, es sorprendente que, primero, la campaña con los años haya triunfado, y segundo, que alguno de sus maridos hayan seguido casados y ¿sobrios? ¡Imposible!
Luego de ver la foto y sobreponerme al susto, lo único que mi mente, garganta e hígado pensó y deseó fue un tequila triple en el bar más cercano y con mesa de baile al centro.

"Una sola piedra puede desmoronar un edificio.
Francisco de Quevedo y Villegas (1580-1645)
Escritor español"

1 comentario:

Anónimo dijo...

¡que mejor me besen las pelotas!
Chelamonster