Difícil es no tener una reacción sobre lo
que el CEO estadounidense, ya que actúa más como tal que como presidente, pretende hacer en de su gobierno.
Ahora resulta que el CEO Trump pretende
no el expansionismo estadounidense, lo que dicho sea de paso, no evitó que
según reportes en México, en la llamada al presidente mexicano Peña Nieto, del 27
de enero próximo pasado, amenazara con enviar soldados estadounidenses, sin que
nadie se lo solicitara, lo que se podría interpretar como una invasión más,
para según el CEO combatir el terrorismo, sino por el contrario, el
aislacionismo del mismo, al menos con lo que respecta a la América Latina, al
reafirmar que el muro divisorio con México se ha de completar en dos años,
aunque aún no establece él o su equipo de dónde han de proceder los fondos para
levantarlo, por mucho que insista que serán los mexicanos (¿de ambos lados de
la frontera?), quienes terminen pagando el re-mentado muro. Esto sin olvidar
sus desafortunados comentarios sobre su conversación telefónica con el Primer
Ministro australiano, Malcom Turnbull el mismo día, a la que calificó como la
peor conversación que había realizado el citado día.
Pero la inestabilidad del CEO
Trump no deja de sorprender, sobre todo en sus comentarios con respecto a lo
que sucede en otras latitudes. Ya hablaremos más en detalle sobre algunas que
ocurren aquí en el Área de la Bahía de San Francisco en una futura entrega.
Hablemos en concreto a sus reacciones u omisiones en su lamentablemente famosa
cuenta de tuíter.
El día de hoy, en París, Francia, un hombre, intentó
ingresar al museo del Louvre, donde había cientos de turistas, con dos
mochilas. Al no permitírselo uno de los soldados de guarda, el hombre sacó un
machete y trató de agredir a varios soldados, al grito de “Alá es grande”
(según el diario francés Le Figaro), y resulto abatido a tiros, aunque
en el momento de redactar estás líneas se le consideraba en estado grave. El
CEO, ni tardo ni perezoso ha publicado en su cuenta de tuíter que es “un nuevo
terrorista radical islámico recién ha atacado el museo del Louvre de París.
Turistas han tenido que ser encerrados dentro. Francia en la orilla de nuevo.
ESTÉN INTELIGENTES U.S.”
Hasta ahí, se podría decir que
el tono del CEO es pertinente, sin embargo, lo que llama la atención es que en
el atentado en una mezquita en Quebec, Canadá, por un hombre franco-canadiense
quien asesinó a seis personas, Trump no hiciera el más mínimo comentario. Luego
entonces, la pregunta es obligada, ¿sólo los musulmanes son terroristas? Y la
otra pregunta es también obligada ¿sólo los mexicanos son violadores,
narcotraficantes y todo lo demás de que les acusa?
Y no paran ahí las cosas. El
CEO en sus constantes ataques vía tuíter ha puesto en duda la integridad del
Juez Federal Bob Ferguson que ha detenido su orden de prohibir la entrada a los
viajeros de los multicitados países, olvidando (¿ignorando?), George W. Bush
fue quien lo nominó y ratificó.
¿Es el CEO que ocupa la Casa
Blanca un cyberbully? La respuesta puede ser sí, lo es y eso es preocupante ya
que cualquiera de nosotros que emplee o se exprese como Trump lo hace
tendríamos severos problemas en nuestros lugares de trabajo… ¿Se lo seguirán
permitiendo? Al tiempo.
In tlanextia, in tonatiúh (Que tu sol sea siempre brillante)
"Una sola piedra puede desmoronar un edificio.
Francisco de Quevedo y Villegas (1580-1645)
Escritor español"