jueves, 12 de febrero de 2009

¿Legalizándola por el bien común?


O lo que es lo mismo, cuando pudieron se enriquecieron persiguiéndola y mercándola bajo el
agua y ahora que ya no son los del poder, quieren hacer su negocio legal.

¿Será que los gobernantes y los ex gobernantes latinos dejen de sorprendernos algún día? La verdad lo dudo.

Ahora resulta que los tres ex presidentes de los llamados gigantes (al menos en cuanto a consumo, fabricación y exportación de drogas se refiere) de Latinoamérica, piden a gritos que se legalice la tenencia de la marihuana para su uso personal, y lo mejor del caso es que los tres son los líderes de la Comisión Latinoamericana sobre Drogas y democracia (más bien da gracia la neta) escudándose en que es ineficaz la estrategia de la guerra al narcotráfico. ¿Qué tal? No tienen ni tantita “m”.

Cardoso de Brasil, Gaviria de Colombia y Zedillo de México se aventaron la puntada en Río de Janeiro hace un par de días.

La pregunta de a millón es ¿por qué no la despenalizaron cuando fueron presidentes?

Y la de dos millones es ¿no se dieron cuenta de que la política de represión y criminalización al consumo de la “hierba buena”, así como erradicar los plantíos y su distribución fallaba durante sus gobiernos?

Esta pregunta no es de dos millones, es de todos los que tienen guardados en los bancos o invertidos en bienes y raíces y “joyitas” alrededor del planeta, ¿es que legalizarla entonces no afectaba sus intereses económicos ya que ellos y sus familias y allegados recibieron dividendos por el narcotráfico o al menos por su tolerancia y asociación bajo el agua con algún cartel?

Ahora resulta, que le van a proponer a la Unión Europea (como si Amsterdam necesitara un reconocimiento latino de este tipo) y a los gringos la propuesta (como si no se vendiera marihuana en forma medicinal y el Internet no estuviese plagado de recetas para hacerla crecer en casa y las variedades más variopintas de semillas) por los climas para abrir debates y el pragmatismo del nuevo presidente estadounidense. ¡Hágame el refavorcabor! (me lo hiciera doña esa mejor).

Ya me imagino a los gringos autorizando la tenencia para uso personal de la marihuana cuando se mueren por erradicar el uso del tabaco y el alcohol (que no sea hecho por ellos claro está) y el tremendo negocio que es para la DEA (la agencia antidrogas de USA) el combate a las ídem, ni los millones de dólares que perderían países, (verbigracia), Colombia, México y Brasil otorgado por los gringos por su “amplia colaboración en la lucha al narcotráfico”.

¡Ah pero eso sí!, dejen que los consumidores se pongan como cucarachas fumigadas, pero a la lucha contra el crimen organizado debe de ser implacable. No, si para hacerse tarugos, los nuestros la verdad, se pintan solos.

Lo mejor de su informe es que no dicen que edad mínima es la que se debe tener para que se pueda ser legal y consumirla; ni cómo detener el uso en menores de edad; y porqué en lugar de darles semillas de cannabis a los campesinos de la región no les dan semillas que generen alimentos y al mismo tiempo riqueza y bienestar para los que las siembran.

Si la van a legalizar, como al tabaco y el alcohol, que la legalicen, (total, al menos no mata como la cocaína, el LSD, las anfetaminas, el “crack” y todas las versiones químicas que están en boga y además no hacen ver elefantes rosas), que hace años lo cantó el jamaiquino Peter Tosh.

Pero de ahí a que este trío de “anaguados” que pudieron hacerlo cuando fueron presidentes y se llenaron la boca amenazando al narcotráfico, invirtiendo millones de dólares en esa “lucha inútil” que ahora reconocen, demandando al gringo que “su lucha era eficiente y constante al narcotráfico y por eso merecían la certificación de ese país y la donación de varios milloncejos de dólares” y jurando “por la salvación de su alma” o casi, la erradicación de los plantíos en su territorios, es una verdadera mentada de madre a la inteligencia de los pueblos del mundo y de todos aquellos que por causa de esa guerra han muerto o perdido a un ser querido.

Lo dicho líneas arriba. No tienen ni tantita poca “m”.

"Una sola piedra puede desmoronar un edificio.
Francisco de Quevedo y Villegas (1580-1645)
Escritor español"

1 comentario:

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo