martes, 10 de febrero de 2009

Ahora hasta el derecho de nacer nos lo quieren quitar.

O lo que es lo mismo, si te parieron con ayuda de la matrona o la partera, igual y no eres de ninguna parte.


En efecto, los tejanos (y no hablo de los pantalones de mezclilla) se pintan solos para perjudicar a la raza. ¿Otra de las herencias del nefasto W.?


Ahora resulta que tal vez miles de ciudadanos norteamericanos, de descendencia mexicana, pueden perder su nacionalidad porque la matrona o la partera ayudó a que alguna madre pariera a sus hijos en la zona fronteriza entre el gringo y México.

Todo gracias a que la agencia federal gringa que otorgó los pasaportes pone ahora en tela de juicio dónde nacieron esas personas y quiere, con ello, frenar el libre paso de los ciudadanos que tienen doble nacionalidad entre las fronteras de ambos países. Una muestra más de que los tratados internacionales les valen “madre” a los gringos, en esta oportunidad el famoso NAFTA (por las siglas en inglés) o TLC (por las siglas en español).

(Abrimos paréntesis para hablar sobre el tema... y hablando de que se pasan los acuerdos y tratados internacionales por el arco del triunfo, aquello del libre paso de personas, como el NAFTA/TLC estipulaban, pues será letra muerta, ya que a partir del 1 de junio, todos los que entren a este país tanto por México como por Canadá, a pesar de ser ciudadanos, tendrán que enseñar su pasaporte (por supuesto si eres “güerito y tienes grandes los pies (¡ay mojo Cri-Cri) eso no se va a aplicar con “todo el peso de la Ley”. Cerramos el paréntesis de opinión).

Todos aquellos que quieren obtener su pasaporte y que a pesar de haber nacido de este lado del Río Bravo, en la foto, entre Matamoros, México y Brownsville, Texas (Grande los llaman los norteamericanos), antes del 1 de junio de este año se ven en serias dificultades para que se les crea y la “migra” está haciendo hasta lo imposible para que no los obtengan.

Y saber que esa misma migra está llena de hijos, nietos, bisnietos y tataranietos de mexicanos, lo que son las cosas y el odio entre la misma raza. Aquello de mejor no me ayudes compadre, está que ni mandado a hacer con esa gentuza, por darles algún nombre.

Por supuesto ellos afirman, para defenderse, que esas personas nacieron en México y que se hacen pasar por “gringuitos”, considerándolos “ciudadanos de segunda”, según se ha expresado en una demanda al gobierno federal en la ciudad fronteriza (con el estado mexicano de Tamaulipas) de McAllen.

¿Cómo se siente la raza? Dejemos que David Hernández, uno de tantos que corren el riesgo de no ser de ninguna parte, que además de ser tejano, es ex militar estadounidense, nos lo diga “me siento traicionado, como si mi país me apuñaleara por la espalda sólo porque mi madre no pudo parirme en un hospital”.

Sí. Pobre México y sus hijos, tan lejos de Dios, tan cerca de los gringos que nos usan cuando nos necesitan y nos usan como chivos expiatorios para sanar sus errores.



"Una sola piedra puede desmoronar un edificio.
Francisco de Quevedo y Villegas (1580-1645)
Escritor español"

1 comentario:

Anónimo dijo...

SIMPLEMENTE ERES UN CHINGUETAS, DURO, CONCRETO Y CERTERO EN TUS ASEVERACIONES.