lunes, 21 de marzo de 2011

De terrores, horrores y errores

O lo que es lo mismo, poco tiempo para todo y de todo un poco.
Hace algunos días me reprochaba el que no me he dado el suficiente tiempo para escribir, aunque sean unas líneas, para este su gustado espacio El Meneadito… pero también, cono toda la desgracia alrededor del planeta, pues es medio complicado buscar lo positivo, que seguro que lo hay, en el vivir de cada jornada. Así que me he empecinado en encontrar eso positivo, pero (el que nunca falta) en calidad de mientras, pasemos a hacer comentarios breves de todo lo que sucede en este planeta azul.

De terrores:

No cabe duda que la palma se la llevan las agencias de orden gringas.
Más en concreto esa que regula el tabaco, las armas y las drogas, al darse a conocer la inmensa cantidad de armas vendidas a los mexicanos con la supuesta escusa de que “iban a rastrearlas” para saber a dónde iban a para y con quién, como siempre, tratando de darle atole con el dedo a la gente allá y acá y en el resto del mundo. Claro ahora se lamentan (y la mentan) después de que les mataron a otro agente de la DEA chicano en Nuevo León que para variar y no errarle andaba metiendo las narices donde no lo invitaron (por aquello de la re mentada soberanía nacional) y lo más triste es que fue con las mismas armas que los gringos vendieron a los narcos…










Y ya que estamos con los gringos, qué tal al nueva escondida invasión a Libia. Estoy de acuerdo que el pueblo libio quiere a Gadafi, desde hace años, fuera del poder. Siempre demostró estar medio loco (queso que le dicen en mi pueblo) y que hay que parar la masacre de civiles que ha fomentado, pero no cabe duda que todo va en busca del oro negro que a los gringos les urge no gastar y tratar de controlar en todo el planeta.
No es de negarse que lo que está pasando en el mundo islámico es un cambio importante, pero, al fina de cuentas, la pregunta siempre será quién está fomentado todos esos cambios que, al menos en gringolandia se aducen “a las redes sociales en Internet” o lo que es lo mismo el mentado “Facebook” o “cara de libro” como lo llama un estimado compadre y si tienen de transfondo el ansiado oro negro que nos guste o no, aún mueve al mundo.














De horrores
Se estima que serán poco más o menos 18 mil muertos por el terremoto y maremoto japonés, más lo que la posible radiación deje como estela. El horror de las imágenes es más que suficiente. Por favor, no dejen de ayudar aportando cualquier cantidad a la Cruz Roja o alimentos enlatados no perecederos… hagamos un minuto de silencio en recuerdo de las víctimas y esperemos que el pueblo japonés se reponga de un golpe tan duro en los moral, lo físico, lo espiritual y lo económico.



















Otro horror es el descaro del Jacobo Zabludovzky que después de haber sido parte medular del sistema, y por ende, de lo que sufre actual mente mi amado país, se haya aventado la puntada de poner lo que sucede en el mundo musulmán como ejemplo y advertir que en México podría pasar lo mismo dado los gobiernos que hemos tenido… todo un verdadero horror ese personaje que tanto daño hizo a la opinión pública por años.

















De errores


Las palmas se la llevará siempre el gobierno mexicano, sin importar el partido que esté en el poder. Todo ese sistema político es un error, un horror y un terror. Lo lamento por mis paisanos que los siguen soportando, lamentablemente, mi amado país es la excepción a aquella regla de que no hay mal que dure 100 años ni cuerpo que la aguante… los mexicanos hemos soportado más de 100 años y creo que no habrá ningún cambio porque desafortunadamente, para los mexicanos “allá nunca pasa nada”.








De todos los de arriba

Los ganadores son las televisoras en castellano gringas, Telemundo y Univisión al transmitir telenovelas que hacen del narcotráfico y la mafia una opción llena de glamour y aventura y que desafortunadamente, la carencia de educación académica (que sin temor a equivocarme bien podríamos poner no más allá del sexto de primaria en general) hagan que la verdadera vida de quienes se dedican a ello sea breve y poco sustanciosa… y luego se lamentan de que las cosas estén como están, o sea, bien jodidas.











"Una sola piedra puede desmoronar un edificio.
Francisco de Quevedo y Villegas (1580-1645) Escritor español"