miércoles, 8 de febrero de 2012

Cuando la razón está en ambos lados

O lo que es lo mismo, todos contra Bashar Al Assad


En efecto. Hace unos días el Consejo de Seguridad de la ONU propuso que se acordaran sanciones en contra del dictador sirio. China y Rusia se opusieron. Los últimos aduciendo el temor de una invasión por parte de occidente a Siria.

Por su parte la representante norteamericana Susan Rice manifestó que se siente “asqueada” por ello y tuvo a bien recordarnos, pero sin decir nombres, “esta intransigencia es aún más desvergonzada si se considera que uno de estos miembros sigue vendiéndole armas al gobierno de Siria”, en clara alusión a Rusia.

Lo molesto del asunto es que esos mismos norteamericanos que se dicen “asqueados” son los que autorizan que sus dependencias vendan armas de alto calibre a los carteles de la droga mexicanos y además les ayudan en el lavado de dinero aunque según ellos es con buenas intenciones para rastrear a los capos, pero no son capaces de reconocer que se les salió del huacal todo control, así que por favor Sra. Rice no venga con mojigaterías de ese tipo o mire la viga que tiene en el ojo antes de ver la paja en el ajeno. Pero eso es haría de otro costal o de otra entrega, como sus mercedes lo prefieran.
La cosa es que tanto los que promueven el veto como los que se opone a él tienen razón.

De que es necesario hacer algo para ayudar al pueblo sirio es sin duda necesario. De que algún país se valdrá de eso para intervenir militarmente y hacerse con vario privilegio, en especial petroleros y demás, también es cierto.

Y los perdedores, con toda certeza es el pueblo sirio. ¿Qué hacer? Eso es lo que tiene atorados a todos mientras el dictador arremete con todo contra la ciudad de Homs, segunda en importancia en el país y masacran a la población civil, que como siempre, en las luchas por el poder, es la que sale más perjudicada y la historia está llena de ejemplos.

¿Soluciones? Difícil proponerlas porque todos quieren “halar agua para su molino”.

Tal vez lo más sano es que esas fuerzas militares de la ONU, los llamados cascos azules entren en Siria y al más puro estilo norteamericano, pero esta vez pidiendo permiso a los países vecinos, envíen una fuerza de esas apellidadas de elite y apresen a Bashar Al Assad y sus secuaces y los encierren, juzguen, dicten sentencia y la ejecuten estilo musulmán y “muerto el perro se acabó la rabia” dice el dicho.

Claro que se dice fácil, pero los rusos y chinos deben entender que las muertes de cientos de inocentes están cayendo sobre sus países. Que el mundo no sólo juzga al dictador sirio, sino a ellos también, y por su parte, los demás, en especial los norteamericanos, no se llenen la boca acusando a los demás países de lo que en ellos es práctica normal, esto es, la venta de armas legales o ilegales a todos aquellos que tengan para comprarlas… y si no, que pregunten a los carteles de la droga mexicanos, a los contras nicaragüenses, y la lista es tan larga que no da el espacio ni la paciencia.

Sí ONU hagan algo ya por los sirios, pero no permitan que los dizque poderosos se sigan inmiscuyendo en los asuntos de los demás países una vez que “el malo” ha sido derrocado, o las cosas seguirán como hasta ahora y de nada valdrán las primaveras, veranos, otoños o inviernos en el planeta tratando de hacer un mundo mejor, que hasta hoy sigue siendo el sueño de ciencia ficción más recurrente en este grupo que llamamos humanidad y que deberíamos de dejar en homínidos y quitarle eso de sapiens-sapiens que es mucho peso para todos y hasta el momento, hemos mostrado más sapiencia para destruirnos que para convivir como nos autodenominamos, seres humanos.


"Una sola piedra puede desmoronar un edificio.
Francisco de Quevedo y Villegas (1580-1645) Escritor español"

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