jueves, 16 de febrero de 2012

Cuando entre bueyes hay cornadas

O lo que es lo mismo, entre los latinos nos bastamos para destruirnos.


En efecto. Ahora nos moveremos a racizona, digo Arizona, donde una ley de 1913 con antecedentes en 1890, después de la debacle que fue la guerra de intervención norteamericana a México, o como los gringos la llaman la guerra México-americana la mayor parte del ahora estado gringo y líder en leyes anti migrantes, pasó a ser territorio norteamericano. En 1848 con la venta de la Mesilla, el entonces presidente Santa Anna de funesta memoria, tan mala como el la del pri para acabar pronto, el resto de ese estado pasó a ser parte de ese territorio y no sería hasta el 14 de febrero (malhadada día en realidad que de romántica sólo tiene las índice de ventas para quienes son víctimas del comercialismo) de 1920 sería el último territorio en convertirse en estado de la Unión entre Canadá y México (los otros Alaska y Hawaii no se consideran estados contiguos).

En fin, regresando a la historia que narro, resulta que en el poblado, ciudad o como sus mercedes gusten, de San Luis se aproximan las elecciones para ser parte del Consejo o Concilio de la ciudad. El alcalde que responde al nombre de Juan Carlos Escamilla (que más hijo o nietos de mexicanos no podría ser) pidió la remoción de la boleta electoral a la Sra. Alejandrina Cabrera, nacida en Yuma, Arizona, criada en México por algunos años y ahora activista en San Luis, porque “apegándose a la ley” el mentado (se la mentaran a él) “el inglés de la Sra. Cabrera es deficiente”.

¡Tómala cachito! En una ciudad donde el 98% es latino, de una población según el censo del 2010 de poco más de 25 mil habitantes, donde el inglés es prácticamente el segundo idioma, el anaguado de Escamilla se llena la boca impidiendo que una coterránea de él no pueda postularse. La ciudad no está ni remotamente en un punto del planeta que uno pueda llegar a imaginar dándose mucho atole con el dedo que la escusa del mentado alcalde tenga algo de validez, si ven el mapa, el puntito rojo está  lo que podríamos decir, “tras lomita”, de México.

No sé por qué pero se me hace que este monito es priísta de hueso colorado o por lo menos republicano (¡iche careca! como dicen en mi pueblo cuando no quieren mentar madre o algo similar pero todos saben lo que significa).

La ley de 1890 nada de extrañar, tenía la intención de erradicar el idioma castellano en el estado, cosa que no han logrado ni lograrán a menos de que todos los que la hablan con o sin documentos para vivir ahí migren a otro lugar, lo que no creo que suceda en el tiempo que me queda de vida que espero sea mucho aún… pero eso es harina de otro costal.

Por lo pronto el alcaldillo se llena la boca que no tiene nada contra Cabrera, que las juntas del cabildo son en inglés, que los tratos con los demás organismos estatales son en esa lengua y bla, bla, bla, y que “la intención nuca fue racista”. ¿Qué tal? Si eso no es “racismo y retroceso de arrogancia blanca no tengo idea qué pueda serlo. En inglés, al tal Escamilla lo tildarían de “White trash” o basura blanca en el más puro castellano… y estoy, por esta vez de acuerdo con ellos.

La actitud de este alcalde, que además se quiere re elegir muestra que sí, entre bueyes hay cornadas y severas.

"Una sola piedra puede desmoronar un edificio.
 Francisco de Quevedo y Villegas (1580-1645) Escritor español"

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