miércoles, 27 de enero de 2010

La inseguridad en México



O lo que es lo mismo, ni encerrados a piedra y lodo se está seguro.


En Efecto. Una vez más queda demostrado que en México aquello de que la vida no vale nada, como cantara el gran José Alfredo Jiménez es una cruda realidad.

Podemos irnos a las estadísticas de las muertes que el actual gobierno está padeciendo. La guerra de los narcos, al paso que va, es capaza de igualar a las muertes que hace un siglo iniciara la Revolución del 1910. Sólo que ésta, la de los narcos, es más cruenta y como la otra, no nos va a llevar a ningún lugar.

Pero quiero rematar con el balazo que le pegaron al paraguayo futbolista Salvador Cabañas, (en la foto con los deseos del pueblo mexicano de su pronta mejora), que espero, se recupere y pueda volver a jugar muy pronto, aunque dudo que se pueda dar la vuelta por Sudáfrica, pero que pueda jugar el mundial del 2014 en Brasil.


Claro que me he preguntado que carajo hacía a las 5 de la mañana de un lunes en un bar… pero al menos iba acompañado de su mujer y cuñado… lo que no quita que me siga preguntado lo mismo, que carajo hacía a las 5 de la mañana de lunes en un bar cuando ese mismo día se tenía que presentar a trabajar en las instalaciones del club América. Pero eso es cosa de él y su gente que a mi no me tiene que dar explicaciones.

Los que sí deben de dar explicaciones son los dueños del Bar ya que en teoría a esa hora pos no debería de servir más trago, claro que sólo en teoría, y esa en México se la pasan por el arco del triunfo.


Lo triste del asunto, además del tiro en la cabeza y que el hombre se debate entre la vida y la muerte y que sólo Dios sabe cómo va a quedar, es que al changuito que le pegó el tiro lo dejó escapar el empleado de seguridad, rejodido silogismo del asunto, pero así es mi patria muchas veces, nadie sabe para quién trabaja y las más de las veces lo que debería ser negro es blanco, y lo blanco gris, y uno no sabe para dónde hacerse.Además, los términos actuales para definir a los testigos y sospechosos y los errores de los encargados del caso dan más miedo y risa que es de preocuparse.



Por ejemplo, a la güerita, (teñida) que es la manzana de la discordia, la apellidan de bailarina, cuando todos sabemos que es fichera de puticlub.

Al presunto agresor, me lo tildan de empleado sinaloense, cuando todos sabemos que lo más seguro es que sea un narco de poca monta.
(en la imagen cuando salen el presunto baleador junto a su escolta empujando al chaguito encargado de la seguridad del bar Bar).

Y el subdesprocurador de averiguaciones del Distrito Federal se avienta la puntada de culpar de cómplice a un changuito que tiene desde el 21 de enero de este año de estar encerrado en el “fresco bote”, allá en el reclusorio oriente y que espera que la justicia le haga lo ídem. ¿Re contra jodido el caso? Ya me darán sus mercedes su opinión.


Claro que ahora el móvil es de los más antiguos del plantea tierra, cuestión de faldas. En otras palabras, según el desprocurador de justicia, al empresario (narco) no le gustó que la bailarina, en la foto (fichera de puticlub) charlara con el cuñado de Cabañas, y no buscó quién se la hizo sino quien se la pagara, le pegó un tiro al futbolista… y con la mayor tranquilidad abandona el lugar de los hechos sin que nadie les estorbe…

Por el bien de la credibilidad del sistema judicial mexicano y con todo lo que la Internet ha publicado espero que al tal “JJ” (José J. Balderas Garza, o jorge Díaz Treviño como lo conoce la "Chiva", o sea la bailarina (fichera de puticlub), que responde al nombre de Silvia Irabién que a lo mejor con la publicidad el caso le irá como el apellido dice) lo apañen junto a su escolta y todos los que facilitaron su huída, los metan presos por el mayor tiempo posible o de por vida, que sería más mejor aún.



"Una sola piedra puede desmoronar un edificio.
Francisco de Quevedo y Villegas (1580-1645)
Escritor español"

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