jueves, 25 de junio de 2009

R.I.P.

O lo que es lo mismo, nadie la tiene comprada.

Dos de los íconos de la segunda mitad del siglo pasado, han pasado a formar parte del panteón cultural de nuestros días.

Ella, toda sonrisa, todo cabello rubio, toda delgada, pero que fue el sueño erótico de más de uno, y el modelo femenil de más de una, abandonó este mundo a la joven edad de 62 años víctima del cáncer.

¿Quién no tuvo o vio pegado en la pared de un amigo el cartel (“poster” que le llaman también) que adorna estás líneas? ¿Qué mujer no se hizo el ondulado del cabello en su primera juventud? Conozco más de una que aún lo lleva en el mismo estilo.

Como actriz fue destacada pero todos la recuerdan como la más inocente de “Los Ángeles de Charlie”, en lo personal, la morena era la favorita, pero si me hubiera invitado a cenar, por supuesto que la respuesta sería afirmativa, aunque tuvo más logros que esa serie de televisión, y el mayor chisme fue su divorcio con aquel que la hiciera de “hombre nuclear”… Nunca aprendí a pronunciar bien su nombre, pero que descanse en paz la Farrah Fawcett.

Él, bueno, todo un personaje, a quien recordaré más por su “A, B, C, 1,2,3” con su hermanos que sus gustos por los chiquillos; lo respetaré más por reconocer que todos somos el mundo, que por justificar su deseo de ser blanco, a pesar de su “enfermedad dermatológica”, que por sus múltiples operaciones faciales que al final le hicieron el rostro lo suficientemente cadavérico como para ser el villano de cualquiera de las aventuras de “Kalimán, El hombre increíble”; o por haberse hecho de los derechos de la música de los Beatles, motivo por el cual Paul McCartney cayó de mi gracia.

Pero con todo y eso, que encuentre, al menos ahora, la paz que en sus últimos años de vida no tuvo el llamado “Rey del Pop” Michael Jackson, que era un chamacón de 50 años.

En fin, en un solo día dos figuras de la farándula nos dejaron… y los dos, sobre todo el segundo, con plata suficiente como para alimentar a millones de pobres, (que espero haya dejado algo de plata para ellos, antes de que los hermanos, y demás se hagan con todo eso).

Así que abracemos un ser querido, hagamos el bien sin fijarnos a quien, porque estas dos muertes, como la de miles que han ocurrido el día de hoy, nos recuerdan que esta vida, nadie la tiene comprada o sabe cuándo le toca pasarse a retirar del escenario mundial.

"Una sola piedra puede desmoronar un edificio.
Francisco de Quevedo y Villegas (1580-1645)
Escritor español"

1 comentario:

CHELAMONSTER dijo...

Ahora ojala y no vengan con que es San Mickey Jackson!!, porque no tardan en canonizar a este megalómano de mierda.
Por lo menos sí podemos decir que fue más famoso que los pinches BEatles...¡Ah!, y que el Papa.