miércoles, 28 de enero de 2009

y los ratoncitos verdes, perdieron para no variar

O lo que es lo mismo, les volvió a faltar vitamina "G"...

En efecto. Los ratoncitos verdes de la selección mexicana de fútbol, perdieron hoy contra su similar de Suecia, por uno a cero en la ciudad de Oakland, California, ante más de 45 mil aficionados, de los cuales, 44,950 eran mexicanos o hijos de ellos, y que desafortunadamente, le seguimos llenado los estadios a una sarta de jugadores que nunca juegan con la famosa vitamina "G".

¿Qué es la vitamina "G"? En entrada pasada la mencionamos, y la repetimos. Güevos. Es la vitamina "G" que los jugadores mexicanos, nacionales o nacionalizados, para el caso es lo mismo, no emplean jamás.

Están sumidos en su mediocridad. Y el empleo de esa palabra es decir que dan lo máximo que tienen que dar.

Nuevamente, lamento la plata que los paisanos invirtieron el día de hoy por ir a ver a una serie de jugadores que no tienen güevos. Que les falta corazón, cerebro y entrega. Que disfrutan haciendo el ridículo, y que mejor sería darles una patada en el trasero y dejar de soñar que el "ya merito" va a dejar de ser una realidad en la vida deportiva del país, (y si me apuran, en la vida económica y política)... como bien lo dijo una niña de 11 años, Carolina Aranda Cruz, alumna del quinto año, invitada a pronunciar un discurso en el pomposamente llamado "World Trade Center" de la Ciudad de México: "Pobre México nuestro, tan cerca del fútbol y tan lejos de la ciencia... salvo alguna rara excepción, los jugadores de fútbol nos hacen ver muy mal mundialmente y nuestros científicos, que nadie apoya, no".

Creo que no veré a partir de ahora un sólo partido de los ratoncitos verdes. O tal vez sí. Veré como los gringos los humillan una vez más en Ohio, cuando las eliminatorias del hexagonal final para acudir al mundial 2010 en Sudáfrica comiencen, y entonces, repetiré lo mismo, les faltan güevos, pero requetemuchos güevos para triunfar.

"Una sola piedra puede desmoronar un edificio.
Francisco de Quevedo y Villegas (1580-1645)
Escritor español"

1 comentario:

CHELAMONSTER dijo...

El futbol es un deporte mezquino de hedonismo mercantil y déspota, donde veintidós letreros publicitarios móviles se hacen guajes pateando un coco por un llano.
De los noventa minutos que se dedican a esto, el cincuenta por ciento del tiempo el coco está afuera de la cancha, y el otro cincuenta volando sin control en las famosas intentonas de gol.
Por lo tanto es fácil decir que el futbol es, en esencia, la negación de la acción.
A eso hay que añadirle que todo termina en un pelafustán con el pelo químicamente blondo, con ínfulas de galán de pantalla grande, ganando un sueldo infinitamente más sustancioso que ocho investigadores premio Nobel juntos. Cuando David Beckham jugaba en el Real Madrid llegó a ganar seis millones de euros por temporada, ¡setenta mil euros al día de sueldo! No es normal.