No andaba muerto…

O lo que es lo mismo, se debió ir de parranda.

Eso de darse a la fuga y hacerse el muertito, parece cosa de risa, pero no lo es.
Tal es el caso de un gringuito (¡ay mojo el ratón vaquero!), que de la “noche a la mañana”, según la expresión, como dice la canción, todo se le derrumbó. No sólo la Agencia del tesoro, Hacienda, o el I.R.S. como lo llaman en su país, lo estaba investigando por fraude y desvío de inversiones para su enriquecimiento personal, sino que además, por no haber incluido unos cuantos “dolarucos” en su declaración de impuestos, y ya sabemos lo que son los “güeritos” en materia de pago de impuestos, y si no, qué le pregunten a Al Capone (foto superior), que por ahí lo torció el Eliot Ness (foto inferior).

Para colmo de males, el personaje en cuestión, perdió en un ratito medio millón de dólares; su mujer, (¡faltaba más!), lo “divorció”; y los pilotos de la Cía. Delta que había desfalcado le estaban buscando para hacerle unas preguntitas. Uno de los pilotos lo acusa de mentiroso compulsivo (¡ay mojo político!).

Así que lo mejor que pensó, fue que 220 millas al norte de su residencia era lugar seguro para hacer la reservación de una bodega, tener una motocicleta lista para irse a la Florida (el tipo de 38 años por cierto, radicaba en Alabama), subirse a su avión, y “hacerse el may day”.

Tan así que ya se imaginarán el desplegado de la fuerza aérea estadounidense, hasta aviones militares lo siguieron después de dar el aviso de que algo estaba fallando y después hacerse pasar por muerto. Por supuesto, los cuerpos de rescate no encontraron cuerpo alguno.
Desafortunadamente, a los 3 días, como dice el dicho, no sólo apesta el pescado, y el arrimado, sino que lo apañaron todito, en la Florida. Sí, llegó, pero no se pudo dar muchos baños de mar. Así que ahora la “justicia” será impartida.

Tal vez fue la falta de imaginación. O el que se puso a comprar pagando con su tarjeta de crédito, vaya su merced a saber.

¿La moraleja? Si te vas a pasar de vivo, que no sea haciéndote el muertito o vete de parranda y cuando te la cures, regresas.

Y Vd., por cuál vota o sugiere.

"Una sola piedra puede desmoronar un edificio.
Francisco de Quevedo y Villegas (1580-1645)
Escritor español"