jueves, 13 de octubre de 2011

Ahora resulta que los iraníes no pueden solos

O lo que es lo mismo, deben de contratar a Z para que les haga el trabajo sucio.


En efecto. Estos días, la prensa gringa se ha llenado de páginas sobre el presunto ataque orquestado por los iraníes para darle “su chicharrón” al embajador de Arabia Saudita en la ONU. Entre las curiosidades del caso, está que todo se estaba planeando en… sí, adivinó usted, ¡Tejas!

Según esto, el iraní norteamericano Manssor Arbabsiar, de 56 años era el “cerebro” del complot y estaba dispuesto a contratar a un sicario de los Zs para ajusticiar al embajador saudí árabe y mientras eso ocurría, detonar algunas bombas (y no precisamente yucatecas) en la embajada de Israel y la de Arabia Saudita.

Por supuesto las reacciones no se han hecho esperar y las sanciones económicas a Irán van que vuelan empezando por vaya la sutileza de la paradoja con la línea aérea que según las fuerzas de “inteligencia” gringas, que ya nos han demostrado su capacidad al no encontrar una sola arma de esas que llaman de destrucción mundial en suelo iraquí.

Y la cosa no para ahí. Resulta que Arbabsiar estaba casado con una latina, quien asegura que a pesar de estar separados desde hace tiempo, Arbabsiar no sería capaz de algo así… no sé si se refiere a que no tenga la imaginación para hacerlo o simplemente la capacidad de realizarlo.

Por supuesto, Irán ha condenado la acusación gringa con toda la fuerza que se les permite en el juguetito gringo conocido como Naciones Unidas, que de unidas no tienen nada más si no es en beneficio de país anfitrión.

No es que los persas, como se les conocía hasta hace varios años, sean o hayan sido unas blancas palomitas a lo largo de sus historia, y que su actual presidente Mahmoud Ahmadinejad sea un “lindo gatito” con todas esas teorías de conspiración que maneja muy bien (la más reciente, en la ONU, es que el ataque de septiembre 11 del 2001 fue orquestado por el gobierno norteamericano par poder ocupar por la fuerza varios territorios del oriente medio), además de no reconocer a Israel como país y apoyar la creación del estado Palestino.

Como están las cosas, entre estos dimes y diretes el otrora premio Nobel de la Paz Barak Obama, sí el presidente gringo, ha manifestado que “Irán pagará un precio por la conspiración”…

La pregunta es ¿y cuándo los gringos han pagado cualquier precio por sus conspiraciones en todo el planeta?

Aquí aquello de que con la vara que midas serás medido no encaja.

Lo que encaja es que para “taparle el ojo al macho” la atención del público norteamericano está siendo desviada hacia dos de sus favoritos grupos de chivos expiatorios, los árabes que no juegan con ellos y los mexicanos a los que acusan de llenarles sus pueblos de drogas, cuando ellos mismos son los que la demandan y sobre todo y lo más triste, que son ellos, la CIA, el FBI, la DEA y demás, los que nutren de armas a los carteles de la droga mexicano y del resto del mundo para mantener el principio maquiavélico por excelencia “divide y vencerás”.

La cosa es que casi siempre, les compramos el producto sin importar lo malo que este sea.

Si los persas son culpables, que se castigue a los responsables, pero no a todo un pueblo, porque al castigar a todo un pueblo, lo único que se logra es que ese pueblo se una en causa común contra enemigo común… sino, al tiempo como diría un ilustre periodista tabasqueño.

"Una sola piedra puede desmoronar un edificio.
 Francisco de Quevedo y Villegas (1580-1645) Escritor español"

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