Y pal' que no se sabe la cucaracha

Pos aquí merito está.
Claro que se compone de varios versos libres y que cada quien acomode como más les dé gusto.
En el cartel, el corrido canta sobre las razones económicas, como las de ahora, que empujaron a la cucharacha de marras a estirar las patas.

A continuación, una serie de versos, donde hemos repetido el estribillo después del coro, para que el amable lector, o lectora, a ritmo de chuntata o de rap, o de reguetón o perreo, la cante durante sus fiestas, ya sean nacionales, familiares, o de ocasión. Verán entremezclados los suceso políticos del porfiriato, época ne que se hizo más famosa la composición, y temas que más de uno pensará que no vienen a colación, pero que no por eso dejan de "ponerle sabor al caldo" y tal vez, a pesar de los años, no pierde su actualidad.

Estribillo:
Ya murió la cucaracha,
Ya la llevan a enterrar,
Entre cuatro zopilotes
Y un ratón de sacristán

Coro: La cucaracha, la cucaracha,
Ya no puede caminar;
Porque no tiene, porque le falta
Marihuana que fumar
Pobre de la Cucaracha,
Se queja con decepción,
De no usar ropa planchada,
Por la escasez de carbón.

Estribillo

Con las barbas de Carranza,
Voy a hacer una toquilla,
Pa' ponérsela al sombrero
De su padre Pancho Villa
Ya se van los carrancistas,
Ya se van por el alambre,
Porque dicen los villistas,
Que se están muriendo de hambre.

Estribillo:

Un panadero fue a misa,
No encontrando que rezar,
Le pidió a la Virgen pura,
Marihuana pa' fumar
Una cosa me da risa:
Pancho Villa sin camisa;
Ya se van los carrancistas
Porque vienen los villistas

Estribillo:

Una cosa me da risa:
Pancho Villa sin camisa,
Otra cosa me da horror,
Al vil Huerta en camisón.
Para sarapes, Saltillo;
Chihuahua para soldados;
Para mujeres, Jalisco;
Para amar, toditos lados.

Estribillo:

Mi vecina la de enfrente
Se llamaba Doña Clara,
Y si no se había muerto
Es probable se llamara.
Las muchachas de Las Vegas
Son muy altas y delgaditas,
Pero son más pedigüeñas
Que las ánimas benditas.

Estribillo:

Las muchachas de la villa
No saben ni dar un beso,
En cambio aquí en California
Hasta estiran el pescuezo.
Las muchachas mexicanas
Son lindas como una flor,
Y hablan tan dulcemente
Que encantan de tanto amor.

Estribillo:

Necesito muchas fuerzas
Para hacer la caminata
Al lugar a donde mandó
La convención Zapata.
Cuando uno quiere a una
Pero ella no lo quiere,
Es lo mismo que si un calvo
Se encuentra en la calle un peine.

Estribillo:

Las muchachas son de oro;
Las casadas son de plata;
Las viudas son de cobre,
Y las viejas hoja de lata.
Pobrecito de Madero,
Casi todos le han fallado,
Huerta el ebrio bandolero,
Es un buey para el arado.

Estribillo:

La ropa sin almidón,
Se pone todos los días;
Y sin esas boberías,
Se me figura melón.
Con las barbas de Forey,
Voy a hacer un vaquerillo,
Pa' ponérselo al caballo
Del valiente don Porfirio.

Estribillo:

El que persevera alcanza,
Dice un dicho verdadero,
Yo lo que quiero es venganza,
Por la muerte de Madero.
Un panadero fue a misa,
No teniendo que rezar,
Le pidió a la virgen pura,
A la nieta de don Juan.

Estribillo:

Todos se pelean la silla
que les deja mucha plata;
en el Norte Pancho Villa
y en el Sur ¡Viva Zapata!
Ahora come su ensalada,
Verdolaga y quintonil,
Porque no tiene dinero
Para comprar melapil.

Estribillo:

También suprimió el candil
De petróleo que tenía,
Y todo va suprimiendo
Por la horrible carestía.
Antes tan sólo a Gambrinus
Se le miraba llegar,
Más ora que esta repobre
A la piquera va a dar.

Estribillo:

En la mina todo brilla
Debido a sus minerales,
Ya murió Francisco Villa:
General de generales.
Una guacamaya pinta
Le dijo a una colorada,
Quien se meta con mi patria,
Se lo carga la chimpoya.

Estribillo:

Hay unos que roban mucho,
Y después huyen muy lejos,
Validos de fuero y mando
Y que nos creen pendejos.
Hay otros que nos saquearon
Y con sus deudas nos parte,
Debido a que con su raza
Todo el botín se reparten.

Estribillo:

Que bonitas soldaderas
Cuando bailan el fandango.
Viva Pánfilo Natera,
El orgullo de Durango.
La maldita cucaracha
Es un animal muy necio
Que anda metiendo la pata
En la Banca y el Comercio.

Estribillo:
Ya murió la cucaracha,
Ya la llevan a enterrar,
Entre cuatro zopilotes
Y un ratón de sacristán

"Una sola piedra puede desmoronar un edificio.
Francisco de Quevedo y Villegas (1580-1645)
Escritor español"