En efecto. Cuando los equipos ganan y ganan y todo es mil en hojuelas, todos son los fanáticos número uno, pero en cuanto el aire sopla en contrario muy muchos o los más críticos o simplemente, como las ratas en altamar, son los primeros en abandonar en barco.
En esto del deporte de la patada, como reflejo de la vida, al equipo mexicano no le ha ido nada bien. Escucho a los comentaristas que en general reconocen los logros de los jóvenes mexicanos pero piden a gritos jugadores con más experiencia. Y aquí es donde no deja de reconocerse la validez del argumento, porque más sabe el diablo por viejo que por diablo, sin embargo para su seguro servilleta, el error es de la gerencia y no por rifársela con los jugadores que salen de sus escuelas, sino de la falta de continuidad en un proyecto, por mucho Johan Cruyff que contraten para buscar, al tiempo, una funcionalidad como la del equipo condal al que actualmente muchos tratan de copiar, tanto en funcionalidad como equipo deportivo, como en la manera de hacer plata, que al final y desde siempre, el enriquecimiento económico es el objetivo final, pese a quien pese.
El error gerencial es el no atenerse al plan aunque los resultados sean contrarios en los primeros años. Cambiar de directores técnicos “tiro por viaje” ha demostrado el punto central del comentario de hoy. Claro que hay que hacer cambios, pero sin tiempo para madurar y por ende experiencia tanto en las plantas como en jóvenes entre 20 y 17 años, es saberlos llevar.
Si en verdad los dueños de los equipos mexicanos quieren “fusilarse”, copiar pues, a la Liga Premier de Inglaterra, que empiecen por tomar el ejemplo del Manchester United y “darle tiempo al tiempo”. Claro que no todos son Sir Alex Ferguson, pero a “buen entendedor, algunas palabras”.
"Una sola piedra puede desmoronar un edificio.
Francisco de Quevedo y Villegas (1580-1645) Escritor español"
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