lunes, 13 de abril de 2009

Por algo se empieza




O lo que es lo mismo, el fin de una necedad.

Y después de más de 40 años de restricciones por cuestiones de ideología política, por fin un presidente estadounidense ve con más claridad las cosas y decide levantar las restricciones de viajes y envíos de remesas a la isla caribeña de Cuba.

Claro que al más puro estilo gringo, no “dan paso sin guarache” como dicen en mi rancho y la idea es que el millón y medio de cubano-americanos, al tener este tipo de viajes y envíos mermen el sistema político de la isla y como expresara el portavoz de la Casa Blanca Robert Gibbs, la idea es “extenderle la mano a los cubanos para apoyar su deseo de gozar de derechos humanos básicos y determinar libremente el futuro de su país”.

Falta ver qué dice el viejo Fidel, su hermano y los demás líderes del partido en el poder.
Por lo pronto, la comunidad cubano-estadounidense ha visto con beneplácito este fin a las restricciones y supongo yo que en poco tiempo llenaran la isla de productos gringos (hechos en China por supuesto) y los empresarios norteamericanos inundarán Cuba con las aguas negras de su imperialismo (esto es la coca y la pepsi cola y la gente en lugar de mojitos empezará a beber “cubas libres”) y además de fibra óptica para la telefonía celular, y lo que ellos llaman productos humanitarios, que vayan sus mercedes a saber qué son.

Todo esto, para que a los ojos de los dirigentes latinoamericanos, el nuevo inquilino de la Casa Blanca, sea alguien que está dispuesto a ayudar a la región, que se ha visto de lo más olvidada en los pasado ocho años con el gobierno del tal W (que decidió apoyar a la China y su desarrollo económico y los países del continente Americano de habla castellana y portuguesa vieron perder miles de empleos y negocios por ello), y darles un poco de “atole con el dedo” durante la Cumbre de las Américas a celebrarse entre el viernes y el domingo en Trinidad y Tobago.

Por lo pronto, el voto cubano-gringo que hizo que Obama ganara la Florida (donde la mayoría de los cubanos de “la vieja guardia” son republicanos), se ha visto recompensado al cumplir su promesa de campaña electoral.

Lo demás, al tiempo.

"Una sola piedra puede desmoronar un edificio.
Francisco de Quevedo y Villegas (1580-1645)
Escritor español"

1 comentario:

CHELAMONSTER dijo...

¿Quieren en verdad ganar dinero y remesas y votos a favor?:
legalicen la industria #1 de Cuba: la prostitución, ¡y déjenoslas de mandar a México que de Niurkas y demás cubanitas ya estamos fritos!