martes, 7 de abril de 2009

Cambió la sotana por un frac



O lo que es lo mismo, dos tetas halan más que dos bueyes de carreta (y como estamos en ese año según los chinos, pos a ver cómo le va).

Y si no que se lo pregunten al “padrecito” Víctor Hugo Casas, que en pleno sermón, se aventó la puntada de decirle a la feligresía que ahí les dejaba la sotana porque se iba a pedirle la mano a la mujer de la que estaba enamorado y que en lugar de ser pastor de muchos, quería pastorear sólo a sus crías.

Todo esto sucedió en la Argentina, allá en la localidad de Saturnino María Lspiur, de la provincia de Córdoba.

El sacerdote, que no supo controlar los latidos de su corazón, y no se aplicó las penitencias pertinentes (ni penitente que esté habrá pensado), dijo que las cuestiones del corazón no las puedes parar, que se vio así mismo con mujer, hijos y toda la cosa, y que es algo que Dios quiere, que porque Dios ama la vida (y el “padrecín" lo que quiere es darse la gran vida, sin saber en lo que se mete, sino, que le pregunte a cualquier casado).

Lo mejor del caso, es que no está enamorado de ayer, sino de tiempo atrás, y como en todo pueblo pequeño, el infierno es grande (¡ay mojo telenovela de telerrisa!), y sin senos no hay paraíso (¡ay mojo narconoveleros), pues la feligresía ya lo sabía y sabe quien es la que le movió el tapete al sacerdote, que no es el primero, que esa palma, al menos en el siglo nuevo y en ese país, otro sacerdote de la provincia de Misiones (ahí queda la sutileza del asunto) otro sacerdote abandonó su parroquia para irse a vivir con una maestra (me enseñara doña esa) que estaba separada y tenía tres retoñitos suyos de sí misma.

Total, que el que está en cuestión dijo que el celibato es bueno y es para algunos, pero que no estaba diseñado para él y al más puro estilo de Martín Lutero, si el alemán aquel que causó todo un sisma en la iglesia católica, pide lo mismo, esto es, que, como sacerdote, se pueda optar entre mantener el celibato o casarse (y por ende divorciarse por la ley humana) a su antojo.

Sí, no cabe duda, el ayuno de mujeres, no se hizo para todos… La cosa ahora es ver cuánto tiempo le dura el amor y sobre todo, el matrimonio. Así, que buena suerte a la parejita y que los sueños del "curita" se le vuelvan realidad y no una pesadilla... que de todo hay en la viña del Señor, dicen en mi rancho.

"Una sola piedra puede desmoronar un edificio.
Francisco de Quevedo y Villegas (1580-1645)
Escritor español"

1 comentario:

CHELAMONSTER dijo...

Ya decían que la definición de sacerdote era: "un hombre, sacado de entre los hombres, al servicio de los hombres..."

Al fin y al cabo hombre, y cuando aparece la teta, entra la neta.