martes, 11 de agosto de 2009

Una tragedia más

O lo que es lo mismo, nadie es profeta en su tierra.

El 1 de julio en la capital de Nicaragua, a la edad de 57 años, encontraron muerto al “Caballero del Ring” como se le conocía en sus días pugilísticos. El gran Alexis Argüello, que en el momento de su muerto era el alcalde Managua, y que pertenecía al frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), fue encontrado, ese miércoles del inicio del mes de julio, con un balazo en el pecho.

Gran boxeador de peso ligero, con un récord de 82-8; con 62 victorias por la vía del cloroformo, quién no recuerda su victoria por KO frente a “El Púas” Rubén Olivares o con Alfredo Escalera, boricua él y que al derrotarlo en el fatídico decimotercer asalto se convirtiese en el flamante campeón Mundial de Peso Ligero Junior; y tan sólo en las olimpiadas del año pasado, en China fuese el abanderado de la delegación olímpica de su país.
El presidente del país, Daniel Ortega, suspendió su viaje al Panamá para asistir a la toma presidencial de Ricardo Martinelli, declararía duelo nacional y miles le acompañarían a su velorio y luego a su última morada.

Sin embargo, las cosas no están claras. Mientras que El Instituto de Medicina Legal del país afirma que fue suicidio, un certero balazo al corazón, su hija Dora, niega que su padre fuese capaz de hacer algo así. “No estoy de acuerdo con la autopsia” declararía para añadir más tarde que por horas, no les dejaron entrar a la casa de su padre (“el campeón” lo llamaría ella).
Afirma que su padre tenía muchos proyectos para la ciudad, como alcalde, pero que no lo dejaban hacer y eso ponía mucha presión en Argüello, y afirmó que diferencias con personajes de la política local, el vice alcalde Fidel Moreno, incondicional de la esposa de Ortega, Rosario Murillo… pero la tristeza no se refleja ahí. La tristeza es que afirmó que Argüello fue mejor tratado fuera de su país… como la mayoría de aquellos que buscan hacer bien en su lugar de origen y las envidias locales no los dejan… como bien dice el dicho, “nadie es profeta en su tierra”.

¿Saldrá a relucir un día la verdad de la muerte de “el caballero del ring”? No lo sé. Tal vez no esté vivo para escribirla o comentarla, lo que sí sé, es que es necesario que en nuestros países y fuera de ellos, sigan sucediendo divergencias tan drásticas y que en lugar de buscar llevar agua para los molinos propios, repartamos esa agua en todos, para que por fin halla riqueza para todos.

"Una sola piedra puede desmoronar un edificio.
Francisco de Quevedo y Villegas (1580-1645)
Escritor español"

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