martes, 4 de agosto de 2009

Cuando el tiempo no vale nada

O lo que es lo mismo, unos meses de trabajos forzados, no son la sentencia completa.


Así es. Bill Clinton visitó hoy la Corea del Norte y logro que el dictador actual Kim Jong II otorgrara, graciosamente, la libertad de las dos periodistas coreoamericanas acusadas de haber entrado ilegalmente al país y de actos hostiles, que habían sido sentenciadas a 12 años de trabajos forzados, pero que sólo se pasaron casi dos mesesitos a la sombra.


Según la prensa norcoreana, este es un gesto de "política humanitaria y de paz". Claro que antes de eso, a la mujer de Bill le habína dicho "hasta de lo que se iba a morir" como suele decirse y asegún la prensa norcoreana, Clinton "expresó plabras de sinceras disculpas" por las transgresiones de las mujeres... Que por supuesto, en cuanto pisen territorio estadounidense serán recibida como héroes nacionales y esas cosas de la propaganda que tan bien se maneja en ese país.


Aquí la cosa se pone buiena, porque si Clinton expresó esas disculpas y las perdonaron, un jefe político que asegún muchos es de muy pocas pulgas, y sus expreimentos nucleares lo han demostrado, ¿el presidente mexicano Calderón puede usar las mismas palabras y lograr que no se separen tantas familias de mexicanos donde los padres no tienen documentos legales para radicar en USA pero los hijos son nacidos en ese país? ¡Anjá! Como diría el maestro Chava Flores, ¿a qué le tiras cuando sueñas mexicano? Para eso, habrá que esperar a que un méxicoamericano sea presidente, y aún entonces, estará por verse.

Lamentablemente, los gringos no miden con la misma vara con la que son medidos en el resto del mundo... no cabe duda, el tener el mayor armamento destructivo del planeta tiene sus beneficios.

"Una sola piedra puede desmoronar un edificio"
Francisco de Quevedo y Villegas (1580-1645)
Escritor español

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