O lo que e s lo mismo, ¿soy o me parezco? O aquello de que yo soy yo y no me parezco a nadie
Y cosas de la vida. Por años he escuchado aquello de que somos únicos... y también de que todos tenemos un doble en algún lugar del planeta.
En esta oportunidad, en la hermana República de Yucatán, el presidente norteamericano, bien podría hacer feliz a una familia mexicana y contratar a su doble, que según el cine yanqui, que no debe de creerse todo siempre, los usuarios de la Casa Blanca siempre tienen un doble a la mano por aquello de que les quieran pegar un tiro o despistar al enenmigo. Claro que en el atentado a Regan eso no pasó, pero bueno, no todo puede ser felicidad en esta vida.
Claro que habrá que ver por cuanto tiempo les dura la sonrisa, a uno por el parecido, al otro por ser presidente gringo...
En calidad de mientras, que lo disfruten.
"Una sola piedra puede desmoronar un edificio.
Francisco de Quevedo y Villegas (1580-1645)
Escritor español"
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