En efecto. Nuevamente la gente de rasizona (Arizona) da de qué hablar o escribir que para este caso es lo mismo.
En esta oportunidad es el racista jefe de policía del municipio (condado le llaman ellos) de Maricopa, Joe Arpaio, quien necio como el Trumph y demás republicanos que son más fundamentalistas que los fundamentalistas musulmanes que dicen combatir, se ha erigido como investigador de casos sin resolver, aunque éste está más que solucionado y archivado, nos referimos al acta de nacimiento del actual presidente norteamericano Barak Obama, que por cosas del destino, racismo y deseos de recuperar el poder para seguir haciendo mal a la humanidad, el mentado “tira” (como les dicen en mi rancho) no quiere quitar el dedo del renglón y supuestamente nos dará a conocer el resultado de las investigaciones que su grupo de voluntarios nos dará a conocer pronto, tal vez hoy mismo.
Hijo de migrantes italianos, su madre murió al parirlo y su padre le prestó siempre poca importancia… así que ahora y desde que pudo, o sea a su ingreso en la policía allá por los años 50 después de darse de baja de la armada, se ha dedicado a desquitarse con los demás el poco amor paterno que tuvo en su infancia. Tal vez si Freud lo hubiese analizado, la teoría del psicoanálisis sería muy diferente hoy día, pero el hubiese no existe. Total, harina de otro costal.
A nadie sorprenderá, bueno, sólo a los necios como él, el hecho de que el actual presidente es tan gringo como el que más. Pero como es época electoral, como en todos lados, sin importar la corriente política ideológica que se maneje, trata de llevar agua a su molino y con lo mismo, que se olvide la gente de que al digno representante de rasizona se le sigue todo un juicio por abuso de poder, autoridad y dirigir operaciones contra gente que tiene color y no como él que es de un blanco deslavado preocupante.
En fin, allá él y que con su sal se lo coma… lo divertido sería verlo preso, usando calzones rosas, en la misma prisión en que se siente amo y señor y entonces sí, ver cómo le va entre todos esos presos que de todos los sentimientos humanos que se puedan sentir, el que estoy cierto menos les inspira es amor y compasión. Si no, al tiempo.
"Una sola piedra puede desmoronar un edificio.
Francisco de Quevedo y Villegas (1580-1645) Escritor español"
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