viernes, 21 de mayo de 2010

Y en otras partes también se cuecen habas

O lo que es lo mismo, la historia de las camisas rojas no es nueva.

En efecto. Ha habido camisas rojas desde hace por lo menos un siglo. Mi amado estado Tabasco, México, las vivió en las primeras décadas del siglo pasado.
Ahora le tocó el turno a Tailandia. (Gracias Reuters por la foto)
Nombre de país que siempre sonará exótico y esas cosas… pero que su realidad es del carajo la mayoría de las veces… o para ser más exacto, cuando el gobierno es a base del cuadro militar (que como en el pasado es militar/religioso es la misma canción y con la llamada democracia estilo gringo no es más que esclavitud… contra, pensándolo bien, la anarquía es buena) pero que duele más, mucho más que la “democracia” o el “socialismo” o el “comunismo” porque para ser honesto, con los militares, pues no se puede “dialogar”.

Para muestra más de 83 muertos, más de mil heridos en sólo unos días (del 13 de mayo a la fecha. Ni diez días) y todo por perseguir una democracia que sólo lleva a la “esclavitud” disfrazada de libertad… porque si los militares no te dejan hacer nada, la democracia con sus leyes hace lo mismo. La democracia con sus leyes de libre empresa, sólo crea esclavos en diferente escala.. esclavos del crédito o lo que es lo mismo del dinero en forma de tarjetas de plástico (léase de crédito), en una libertad de expresión que mata o por lo menos te lleva a la “fresco bote” oséase la cárcel, donde los ricos son más ricos y los jodidos estamos más jodidos.

Donde la libertad hace que alguien para (de parto) leyes como la SB1070 de Arizona… o el Muro de Berlín a la gringa entre Tijuana y San Diego y todos los kilómetros que cubre… donde los agentes de la “migra” son hijos de mexicanos, y son los que más detestan a los mexicanos… que olvidaron que sus padres o se cruzaron la “frontera” nadando, a pie, en carromato o la “frontera” los cruzo (¡ay mojo perro!).

No sé con cuál Tailandia quedarme. La de los aparatos eléctricos. La de los paisajes exóticos. La de la comida y bebida interesante. La de las mujeres ardientes. La que lucha por su “democracia”. La que “todos” ignoran porque “está” lejos de su realidad. La “comunista”. La “socialista”. La “militarista”. La del paraíso trasvesti.

Lo que sí sé es que en menos de diez días 83 personas murieron y eso significa muchas madres, padres e hijos con un dolor que “los logros de la democracia” no curarán jamás.

Esa es la Tailandia con la que me quedaré.
Con la que lleva el dolor por dentro y sin embargo, trata de seguir adelante, si saber a ciencia cierta si esas muertes valdrán la pena algún día.

"Una sola piedra puede desmoronar un edificio.
Francisco de Quevedo y Villegas (1580-1645) Escritor español"

2 comentarios:

Anónimo dijo...

excelente muy excelente tu nota sobre Tailandia, realmente me encantò, Felicidades, un abrazo

Anónimo dijo...

MUY BUENO Y CIERTO TODO LO QUE DICES, TE FELICITO, BESOS Y ABRAZOS