O lo que es lo mismo, "pasarán
más de mil años/muchos más", pero el derramamiento de sangre en
Tlatelolco, México, DF, el 2 de octubre de 1968 no se olvidarán y se reclamará
justicia siempre.
En efecto. No nos casaremos de pedir justicia contra
quienes ordenaron y ejecutaron la orden de abrir fuego contra la juventud
estudiantil mexicana, todos inocentes y demandando justicia. Que su voz fuera
escuchada.
La re contra jodida sutileza del asunto es que a
partir de entonces el destino, oscuro como la pez, de los mexicanos se labrara
y estemos hoy viviendo la realidad que supuestamente esos mismos que detentaron
y detentan el poder, se comprometieron a que no permitirían de ninguna manera
que sucediera. Ahora sí que "mejor no me ayudes compadre". Y les han
permitido regresar al poder.
Se supone que no hay mal que dure 100 años y
técnicamente sólo los aguantamos 86... pero al dejarlos regresar al parecer
queremos que establezcan nuevo récord. O algo así.
Lejos del DF, pero con el ombligo enterrado en el
Zócalo, en esta fecha siempre la manera de manifestar ese reclamo de justicia.
Esta vez, el destino siempre tiene algo que compartir que se conecta, que se
sabe que uno es parte de esos muchos que desean el cambio y justicia y que en
su personal aportación al mundo la expresan.
En esta ciudad, tuvimos la suerte presenciar en vivo
al músico británico Peter Gabriel quien en gira artística celebrara el 25
aniversario del lanzamiento de su disco "SO". De lo más recomendable.
Me iré al final del concierto, con el consentimiento
de sus mercedes. La canción con que cierran está dedicada a Stephen Bantu Biko,
activista surafricano asesinando durante el Apartheid el 12 de septiembre del
1977, prácticamente un año después de la masacre de los estudiantes de Soweto.
La versión completa de esa noche, 2 octubre 2012 tal
vez esté por ahí... pero espero disfruten ésta tanto como su seguro servilleta.
1 comentario:
Gran rola
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