miércoles, 3 de agosto de 2011

No todos los hijos del tigre son pintitos


O lo que es lo mismo, le desgració el apellido al padre.

En efecto. Roberto Madrazo, hijo del llamado “Ciclón del Sureste”, Carlos Madrazo, le partió el “queso” como dicen en su tierra, Tabasco, al apellido paterno a lo largo de su carrera ¿política?
Tal vez cuando fue diputado y senador podía haber llenado el sueño de los tabasqueños como heredero de los logros del padre, aunque desde siempre su hermano mayor Carlos, era el del gusto de las mayorías.

Desafortunadamente Roberto vence a López Obrador, otro que se cuece aparte, en reñidas elecciones gubernamentales estatales, allá en la década del 90 y comenzaría la campaña y actuación de “plantones” de parte del PRD que hasta nuestros días son el dolor de cabeza de todo el mundo, además de los mal gobiernos de sus sucesores, y remataría su pésima actuación como presidente del PRInosaurio, que muy a tiempo retiró su suspiratura a la presidencia nacional, y casí decía termina con el PRI, que desgraciadamente ni eso logró y ese partido que para todos allá, menos para ellos, es un narco partido, está tratando de regresar por sus fueros y si todo sigue como sigue, tendrán los mexicanos un figurín y catrín de presidente en la figura del actual desgobernador del estado de México Peña Nieto, pero eso al tiempo…

Por ahora, regresemos al no pintito, por el cual pregunté en reciente visita a Tabasco, y no encontré un solo comentario positivo a su favor, vaya ni entre su familia y en aquellos de la vieja guardia, los pocos que quedan, que siempre admiraron al padre.

Es una lástima pues, que habiendo tenido todo para triunfar y llegar a ser lo que el asesinato del padre y la madre [ordenado, según todos los rumores de las conspiraciones mexicanas, por el nefasto y nefando Luís Echeverría Álvarez, sí, aquél que orquestó junto con el “mapache” Díaz Ordaz la masacre de los estudiantes del 2 de octubre de 1968 (¡no se olvida!)] no pudo llegar a ser… tal vez “si hubiera hecho esto y lo otro” diferente gallo le cantaría, pero, el de siempre, el hubiera es un tiempo verbal que no debería de existir, y como aseveramos al principio, no todos los hijos de tigre son pintitos, lástima por Tabasco y por México, porque si hubiera sido como el padre, otro són nos tocarían… pero, de nuevo, el hubiera es un tiempo verbal etc.

"Una sola piedra puede desmoronar un edificio.
Francisco de Quevedo y Villegas (1580-1645) Escritor español"

1 comentario:

Duke dijo...

Totalmente de acuerdo contigo. Debemos recortar la trampa que hizo en la carrera de la maratón en New York City. Fue retirado vergonzosamente por jueces.