martes, 19 de mayo de 2009

La vida te da sorpresas



O lo que es lo mismo, a todos nos toca sin previo aviso.

Uno de los más grandes escritores de nuestros tiempos ha dejado esta vida ingrata y se nos ha adelantado en el viaje a lo desconocido… y no estoy hablando de “viaje a las estrellas” como se conoce, al menos en México, a la serie televisiva y recién hecha película “Star Treak”.

Me refiero al gran uruguayo, don Mario Benedetti, que a los 88 años, en su casa de Montevideo, ha pasado a dejar de sufrir en esta vida, para enfrentar lo desconocido.

Poeta, ensayista, novelista, cuentista, de todo escribió don Mario, y recibió todo tipo de premios por ello. Nos dejó más de 60 obras literarias.

No se trata de hacer una biografía, o de ponernos a rebuscar su obra, o sus canciones. Para eso están las bibliotecas o el Internet.

Aquí, sólo un breve homenaje a quien, con preclara visión del mundo y la sociedad, donde quiera que se encontrara, nos dejó sus testimonio desparramado en obras como” La tregua" (1960), la versión cinematográfica fue nominada al Oscar a la mejor película extranjera en 1975, y "Gracias por el fuego". “El escritor latinoamericano y la revolución posible", los cuentos de "Con y sin nostalgias" y los poemas de "Viento del exilio". También publicó "El país de la cola de paja", "Montevideanos" y su obra "Poemas de la oficina", y uno que recuerdo mucho “quién de nosotros” que es la historia de un triángulo amoroso, o de la infidelidad, pero, que en verdad a quién culpar por ella.

Es la época de Gabriel García Márquez, de Julio Cortázar, Mario Vargas Llosa, Carlos Fuentes, entre otros. La literatura latinoamericana en su apogeo.


Y como muchos, la Revolución Cubana le cambió la percepción del mundo, al menos un poco y afirmó que fue "un sacudón que nos cambió todos los esquemas y que transformó en verosímil lo que hasta entonces había sido fantástico. Hizo que los intelectuales buscaran y encontraran, dentro de su propia área vital, motivaciones, temas y hasta razones para la militancia". A partir de entonces, mantuvo inamovible su adhesión a Fidel Castro.


Los gringos se ha hicieron de cuadritos, allá en 1959, para darle su visa como turista, y no fue sino hasta que firmó un papel, como comentaba don Mario, en que se comprometía a no matar al presidente estadounidense.

Sea este un pequeño tributo al maestro don Mario… y recitemos con él, aquello de que:

Te quiero
Tus manos son mi caricia,
mis acordes cotidianos;
te quiero porque tus manos
trabajan por la justicia.
Si te quiero es porque sos
mi amor, mi cómplice, y todo.
Y en la calle codo a codo
somos mucho más que dos.
Tus ojos son mi conjuro
contra la mala jornada;
te quiero por tu mirada
que mira y siembra futuro.
Tu boca que es tuya y mía,
Tu boca no se equivoca;
te quiero por que tu boca
sabe gritar rebeldía.
Si te quiero es porque sos
mi amor mi cómplice y todo.
Y en la calle codo a codo
somos mucho más que dos.
Y por tu rostro sincero.
Y tu paso vagabundo.
Y tu llanto por el mundo.
Porque sos pueblo te quiero.
Y porque amor no es aurora,
ni cándida moraleja,
y porque somos pareja
que sabe que no está sola.
Te quiero en mi paraíso;
es decir, que en mi país
la gente vive feliz
aunque no tenga permiso.
Si te quiero es por que sos
mi amor, mi cómplice y todo.
Y en la calle codo a codos
somos mucho más que dos.

Descanse en paz Don Mario.

"Una sola piedra puede desmoronar un edificio.
Francisco de Quevedo y Villegas (1580-1645)
Escritor español"

2 comentarios:

CHELAMONSTER dijo...

Ahora sí, destapemos cualquier tinto uruguayo!!, que vien vale la pena que nos lleve la tristeza

Duke dijo...

Interesante y muy oportuno.