lunes, 3 de septiembre de 2012

Y pasan los días

O lo que es lo mismo, el tiempo no se detendrá.

En efecto. Tiempo ha que este su seguro servilleta no se detiene a redactar unas líneas pero, sin justificarse, estuvo atrapado entre la Euro 2012, las elecciones mexicanas, cumplir medio siglo de existencia, los olímpicos y por supuesto las vacaciones de verano.
Sin embargo, los acontecimientos en el planeta siguen y siguen y para ser honestos ni ganas dan de escribir ya que todo si no son malas noticias, son peores. A pesar de todo, es necesario sacar lo que se ha cocinado en el cerebro antes de que explote. El problema es qué es primero (¡ay mojo el huevo y la gallina!).

La frustración de ver lo que sucede en México, hace que aquello de “México lindo y querido…” se haga tan difícil de decir y aún más de sentir. Todo él se diluye en una especie de sueño de lo que fue, lo que pudo ser… lo que es.

Todos dicen que es un mosaico y “cuando el río suena es porque agua lleva” y será verdad, pero ese mosaico está perdiendo a pasos agigantados lo que más hermoso tenía y se ha tornado en una incertidumbre, en un cambiarse al lado oscuro al más puro estilo de “guerra de las galaxias” (valga la comparación, pues), y vimos al futuro que podía ser para mejor y que a partir de la década de los 70 comenzó a pasarse al otro lado “duro y macizo” como decía un amigo de primera juventud.  Lo que no estoy cierto es que si alguien la vio venir esperaba que fuera a  venir como se nos ha venido encima, un maremoto tras otro y sin tiempo de decir “agua va”.

Regresa el PRI por sus fueros, con un presidente que en voz de la mayoría, que fue la que no lo eligió, es un simple muñeco en las manos del clan Salinas y sus cuates. Todos hemos leído por lo menos uno de sus garrafales errores. Más una especie de autómata que de maniquí.
Fox primero y Calderón después, les confirmaron el triunfo antes incluso que el mismo órgano electoral que se dice autónomo y que reconoce violaciones pero que nunca son suficientes para ir por una segunda vuelta o anular el proceso, por aquello del “qué dirán” o eso parece al menos. Por lo pronto Fox sigue subsidiado por el PRI y según dicen Calderón busca una placita de maestro en USA para vegetar sus días o algo así.

Así que PRI de nuevo en Los Pinos. Mismas mañas, usos, discursos. Ahora les toca combatir lo que se creó durante los mencionados años 70 y esa  lucha contra el narcotráfico, además de no estar siendo todo lo efectiva que dicen, es casi una digamos “guerra civil” en lo que encuentro un término más certero. El PRI lo heredó y lo hereda ¿todo en santa paz de pronto como si el imberbe fuese poseyese los poderes mágicos del ídem de Hogwarts?
El crimen organizado, desorganizado, de momento u ocasión están a la orden del día. No sólo el que atañe al narco y sus vendettas. El que pasa todos los días, desapercibido por los noticieros o diarios, que por tan cotidianos, no merecen ni una alerta siquiera. Robos de todo tipo, fingidos secuestros y los verdaderos, violaciones, vejaciones, maltrato, abusos de menores, mujeres, varones, ancianos.

El enfrentamiento a burócratas, policías, judiciales, abogados y la lista es larga y la posible “mordida, chayote, dieta, caerse o entrarle con su muerto” o como gusten llamarle o decirle. Ese que merma aún más la confianza en las autoridades. Ese sentirse desolado, más solo de lo que Paz escribiera en su “Laberinto de la soledad”.

Claro que están las historias de triunfo, la de cada día, la de las medallas olímpicas de los participantes paraolímpicos y los de verano y tal vez algún día de invierno. Están las que le acontecen a cualquier hijo de vecino y pocos lo saben. El saber que se llevo a casa el producto de un día honrado de trabajo.
Del discurso político algo será real. Y no se trata de desmerecer los logros.  Se trata de que los logros se puedan reconocer y apreciar, pero para eso, primero se necesita tener comida en la dispensa, un techo decente donde vivir, servicios de salud y educación y un salario digno. Se avanza, pero nunca se avanza lo suficiente.

Sí, se podría hablar de lo bueno, de lo positivo, PERO todo eso se diluye en la carencia de seguridad del pueblo y de la falta de confianza y credibilidad en las autoridades del país.  Con lo que se vive cada día sobre todo en la capital del país.
No estoy cierto en qué nos hemos convertido los mexicanos, pero sí estoy convencido que la inmensa mayoría de los que se autodenominan líderes pueden ser todo, menos eso, líderes, ya que si lo fueran no estarían las cosas como están porque verían por el bienestar de la mayoría y no sólo por el suyo.

Creo que nos robaron el civismo y con ese robo comenzó la debacle nacional. Ahora al regresar el PRI a Los Pinos como partido al término del sexenio serían algo así como 77 años de poder, ¿estaremos tratando de ser la excepción a aquello de que “no hay mal que dure 100 años ni cuerpo que los aguante”?
Y de AMLO escribimos luego… si nos dan licencia sus mercedes.

In tlanextia, in tonatiúh (Que tu sol sea siempre brillante) "Una sola piedra puede desmoronar un edificio. Francisco de Quevedo y Villegas (1580-1645) Escritor español"

1 comentario:

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.