lunes, 26 de julio de 2010

Y lo que algún día fue nuestro

O lo que es lo mismo, lo perdimos una vez y lo perderemos de nuevo.

En efecto. Pasó la euforia del mundial, ganó España y todo eso y, para ser honestos, nos evadimos de la triste realidad porque al menos el circo estuvo de lo mejor (para su seguro servilleta, que para otros, fue un fracaso total, pero en eso de gustos se rompen géneros), total, después de 16 días más o menos, la realidad golpea de nuevo… ya sé que me estoy brincando el derrame de petróleo más grande en la historia del Golfo de México, el ídem allá en la China que se puso en chino, los cientos de asesinatos de los narcos a no narcos o no tan narcos e inocentes en mi amado país y esas cosas, pero qué le vamos a hacer… no se puede tener el don de la ubicuidad todo el tiempo porque no somos demiurgos…



El jueves 30 de julio, si no pasa nada extraño, Arizona será una tierra más que hostil para los migrantes latinos, y en particular para mis paisanos mexicanos.

La SB1070, más racista que Hitler y eso ya es mucho decir, entrará en vigor y a muchos que no tienen los documentos y a los que los tienen también, se los podrá llevar la migra sin miramientos bajo el argumento de que “tienen suficiente sospechas que de no son güeros” por ponerlo en un forma de “ciudadano común”, como alguien que se tomó la molestia de leer el artículo pasado, solicitó que redactara este blog (sigo sin comprender qué es un ciudadano común, pero en fin, va pa’llá) en términos comprensibles (que en realidad tampoco sé bien a bien qué es eso).


La cosa es que pronto la raza se desaparecerá, o casi, de Arizona. Lo triste es que los gringos apoyan esa Ley y hoy, sin ir más lejos escuche a un jovencito, mitad latino pero parece que no está conciente de serlo porque ha sido educado como blanco, decir que el patriotismo, de su país al menos (y de cuántos más), es la expulsión y persecución de otras razas… triste, sí, pero toda una realidad.


Ya hace algunos años tratamos de hacer “un día sin mexicanos”, hasta película y toda la cosa, y cambio un poco el criterio pero, como en México, no pasó nada. ¿Un Súper Tazón sin guacamole? Ni pensarlo. ¿Una borrachera sin margaritas? Menos. ¿Ir a un bar y no consumir “chips and salsa”? No es bar.

Sin embargo, tener los elementos para preparar ensalada, o tener verduras en la mesa, o niñeras, o cocineros o quien limpie las casas y oficinas, quien la haga de jardinero, de albañil, de caminero, de jornalero, para el gringo no es importante… pero, aquello de que “nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde” tal vez, y sólo tal vez, será una realidad cuando todos, y digo TODOS (bilingües o no) los latinoamericanos decidamos largarnos pa’carajo y dejarlos ver su triste y aburrida realidad… la pregunta es ¿lo haremos?

"Una sola piedra puede desmoronar un edificio.
Francisco de Quevedo y Villegas (1580-1645) Escritor español"